Arctic monkeys (los monetes árticos) y Razzmatazz, ocio en Barcelona por un proyecto de comunicador

Aviso: esta entrada es autobiográfica, sobre mi vida ociosa en el último findesemana. Si no entras a este blog a cotillear porque piensas que es de mal gusto deberías leer esto y cambiad de opinión.


Escribo, ante todo, por obligación moral. He aprendido, en los casi 10 meses que tiene este blog de existencia, que un buen findesemana, o día, o noche feniletilamínica debe ser comentada/exhibida por escrito aquí para fijarla mentalmente en esos recuerdos que quedan como las fotos lomo en revelado cruzado (tan saturadas y contrastadas, me encantan). Por ello, considero que estos dos últimos días de descanso sabadil y dominical se merecen una reseña. Esta todo en orden cronológico, nada de lids ni huevos en vinagre.

diViernes

Motivación en medio de classe de Estructura de la Com. de Masses. Quedamos para ir a Razzmatazz esa noche con todos los comunicadores de primero que se apunten. Compramos las entradas y esperamos al ocaso.
De noche, en Premià de mar, cena en el Terrat, con pastel de castañas incluido, para celebrar el cumpleaños de FD. Un rato después, Iker y yo salimos corriendo del local dirección estación para tomar el último tren e ir al punto de encuentro antes de entrar a Razzmatazz.
Perdemos el último tren, pero tras pedirle un favor a mi progenitor, nos deja en Barcelona by car. Ya en Barcelona presentación de los amigos comunicadores a Iker y inicio de la fiesta. La cosa fue así:

Corre por mis venas, alcohol.
Hablemos, hablemos, bebemos.
Bailemos, bailemos, miráalláloqueestápasando :O
Bailemos, bailemos.

No pude visitar turísticamente el Razz por circunstancias varias, pero la noche quedó mítica/chevere. Aunque él no quiera, tengo que agradecer al otro premianenc de la noche su simple existencia. Le diría que le amo pero está felizmente casado ;). Vuelta a casa.

Sábado/ete

Despertarse muy tarde, sin demasiada resaca y solo en casa con un hermano con el que te llevas bien hasta para hacer la comida no tiene precio. Para todo lo demás, concierto de Arctic Monkeys. Nos preparamos para salir hacia el concierto en tiempo record (arreglarse, coger las cosas y hacer unos bocatas, 15 min). Llegamos a Barcelona en coche sin ningún incidente y bastante rápido por lo que mi autoestima como conductor novel subió de manera importante.
Accedemos al recinto del concierto. Hicimos cola 10 min pero al final nos colamos (lo siento por la gente que iba delante, de verdad). Al entrar al sitio nos sorprendió gratamente la pequeñez del mismo, íntimo pero no agobiante.
Comenzó el concierto. Los teloneros, un gran descubrimiento (ver video que hay puesto en el blog). Algo más tarde, los monetes árticos (ay_los_monetes!) se salieron. Valió la pena aprenderse de cabo a rabo la letra de From the Ritz to the rubble.
Fin del evento y vuelta a casa con tranquilidad.

Hoy domingo, hemos tocado con Tutucà! (teníamos mono) y he conseguido mi nuevo record de velocidad con mi trastomóvil. La tarde, vagueando. Mañana no voy hasta las 11 a clase y esta semana hay puente. Si alguien quiere feniletilamina o serotonina a mi me sobra.