Ante todo, y a modo de recapitulación, un resumen tipo médico del paciente en estos últimos días:
Una notable bajada de feniletilamina en sangre durante estas semanas de exámenes ha impedido la actualización de este espacio. Por suerte, tras tratarlo con una triple dosis de salidas nocturnas, el paciente/blogger ha respondido a la medicación y actualmente mejora muy positivamente. Incluso ha escrito un nuevo post.*
Era la primera vez que me ocurría algo parecido. No recuerdo otra ocasión en la que me sintiese tan cómodo y asquerosamente vago por llevar el pijama puesto más de 18 horas y no salir de casa. Tampoco recuerdo si en algún momento de mi vida algún polícia local había llamado a la puerta de casa por la noche. Mucha casualidad debía flotar en esos momentos en el ambiente para que esas dos situaciones tan poco comunes coincidiesen temporalmente.
En la puerta estaba el agente. Traía con él su abrigo color rotulador fosforito, su cara de cansancio y aburrimiento y un impreso que ansiaba ser firmado. En ese momento aparecieron interrogantes. ¿Había hecho algo ilegal o delictivo durante alguna de las lagunas mentales que viví las tres últimas noches de dosis feniletilamínica? O tal vez el poste con el que chocó mi coche un mes atras se había caído y había matado a un hurón. Era posible que su dueño hubiera interpuesto una demanda contra mi por asesinato de mascota exótica.
La expresión de desgana del polícia me hizo entender que mi vida no tenía ningún episodio digno de ser retransmitido en un programa de sucesos telebasuril. Me dió este papel (clicad para ampliar), y firmé.
Sé que solo soy segundo suplente -de presidente :^)-, y que es casi imposible que tenga que trabajar pero... ¿Es cierto que puedo ir a la cárcel si no cumplo con este deber que como ciudadano tengo en el estado con ansias de nación para los de la diestra y con ansias de federación para los de la siniestra? Nunca estuve tan cerca de prisión.
* No olvidéis que este es un blog autoterapéutico.
Una notable bajada de feniletilamina en sangre durante estas semanas de exámenes ha impedido la actualización de este espacio. Por suerte, tras tratarlo con una triple dosis de salidas nocturnas, el paciente/blogger ha respondido a la medicación y actualmente mejora muy positivamente. Incluso ha escrito un nuevo post.*
Era la primera vez que me ocurría algo parecido. No recuerdo otra ocasión en la que me sintiese tan cómodo y asquerosamente vago por llevar el pijama puesto más de 18 horas y no salir de casa. Tampoco recuerdo si en algún momento de mi vida algún polícia local había llamado a la puerta de casa por la noche. Mucha casualidad debía flotar en esos momentos en el ambiente para que esas dos situaciones tan poco comunes coincidiesen temporalmente.
En la puerta estaba el agente. Traía con él su abrigo color rotulador fosforito, su cara de cansancio y aburrimiento y un impreso que ansiaba ser firmado. En ese momento aparecieron interrogantes. ¿Había hecho algo ilegal o delictivo durante alguna de las lagunas mentales que viví las tres últimas noches de dosis feniletilamínica? O tal vez el poste con el que chocó mi coche un mes atras se había caído y había matado a un hurón. Era posible que su dueño hubiera interpuesto una demanda contra mi por asesinato de mascota exótica.
La expresión de desgana del polícia me hizo entender que mi vida no tenía ningún episodio digno de ser retransmitido en un programa de sucesos telebasuril. Me dió este papel (clicad para ampliar), y firmé.
Sé que solo soy segundo suplente -de presidente :^)-, y que es casi imposible que tenga que trabajar pero... ¿Es cierto que puedo ir a la cárcel si no cumplo con este deber que como ciudadano tengo en el estado con ansias de nación para los de la diestra y con ansias de federación para los de la siniestra? Nunca estuve tan cerca de prisión.
* No olvidéis que este es un blog autoterapéutico.
1 comentario:
jeje pringaoooo
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